Es que uno se va creyendo eso de «quedaste igualita!», «estás flaquísima!!», «ni se nota que acabas de tener un bebe», «estás estupenda!» y como la ropa que he estado usando es nueva, puesto que la he requerido con apertura al frente por la lactancia, pues nada, yo que me creía literalmente I-G-U-A-L-I-T-A. Hasta que llegó Custo Barcelona…
Les cuento… La Alianza Francesa de Panamá me invitó a ser la oradora para la inauguración de la Bienal Centroamericana de Fotografía, así que busqué en mi armario que usar para la ocasión y recordé mis trajes de Custo Barcelona que compré hace un par de años, elegí el más sóbrio y el que ha quedado siempre mas suelto segura de verme régia y moderna (por más de que sean de dos colecciones atrás)… pues bien, a una hora de salir para el evento ésta que está aquí, la misma que viste y calza y escribe estas palabras, se mete dentro del vestido y el señor Barcelona me escupe sin piedad ni suavidad que NO ESTOY IGUALITA!!!!! por el amor de Dios parecía un tamal apreta’o!! Ya no hablemos de mis descomunales tetas, me refiero a to’ita to’ita yo que me veía como si me acabaran de empacar al vacío!!!! Igualita?? flaquísima? como si no hubiera tenido un bebe?? Y un cuerno!!!!!
Ahora si hablemos de mis tetas, que tetas señores, es obsceno de verdad… he pasado de ser un 32B o C a un 36D, es algo que roza con la pornografía, si no fuera que saber que están llenas de leche le baja la líbido a cualquiera… Ahora si me veo digna hija de madre que se ríe cuando me quejo que no hay manera de meterlas en la ropa. Y es que soy una vaca lechera total, si, si, de esas suizas blancas con manchas negras que salen con aretes en las orejas en las cajas de queso de «la vaca que ríe», solo que a mi no me hace ninguna gracia. Mi hija está enorme y sana gracias a que se traga hasta 7oz del «restaurante de mamá», así que se imaginan ese tamaño de producción que llevo entre pecho y esternon, literalmente. Cuando por alguna razón me he saltado una comida de Mar, que le dan leche previamente ordeñada, llego a la casa con los ojos desorbitados y corriedo como gallina sin cabeza buscando o al bebe o a la ordeñadora ante la mirada atónita de mi marido, que ha descubierto el misterio de porque las vacas entran a que las ordeñen rapidito, sin quejas y hasta peleándose por entrar primero. Y es que las tetas (o debería ser mas fina y decir «pechos»…) se ponen como verdaderas ubres, inchadas, que son más grandes, mas grandes de lo normal lo cual ya es descomunal y fuera de proporciones humanas, ejercen una presión como si un oso panda hubiera sentado su enorme trasero sobre tu pecho, duras que parecen operadas con protesis baratas se estrella porno de cuarta categoría y encima, para rematar, empizan literalmente a desbordarse, asi que o Mar o la ordeñadora entran en acción o voy por la vida como un regadío de patio de esos que dan vueltas a toda velocidad mientras mil chorros empapan todo… Si, ya se, acabo de matar toda mi capacidad de que un hombre me vuelva a mirar como un objeto sexual pero que quieren que les diga… ya me casé!!! jaja
Podría también contarles sobre los pupis de mi hija pero creo que ya ha sido demasiada información por el día de hoy…
por que no sabemos nada de ti ????????????
hola, me ha causado mucha gracia lo que has escrito, me parece tal cual, soy madre de 1 de 3 y una bebe de 4 meses.
me gustaria transcribir algun que otro parrafo de tu entrada, si me lo permites…
esta muy buena!
saludos
Paula 🙂