Y ahí estaba yo en Buenos Aires una vez más. Podría ir todos los meses, qué digo! Podría vivir allí!!
Gracias a Carla Rey nos quedamos en el hotel donde ella tiene su galería, Own Palermo, un lindo hotel boutique en la zona que estaba comodo, moderno, bien ubicado y bello. ¿acaso puede pedirse más?
Durante el día Carolina estaba trabajando y así yo pasé tiempo con mis amigas, con Carla, con Claudia Aira y sus hijas, con el enanao panameño, mi cariñosa manera de llamar a Marré.
Para el jueves llegó el día del lanzamiento pero eso lo contaré más adelante porque se merece su propia entrada.
Y para el fin de semana Carolina y yo gozamos de unos días soleados pero suficientemente frescos para pasear por todos los maravillosos luagres de de Buenos Aires. Al ser su primera vez para Carolina hicimos los recorridos típicos. La Plaza de Francia con sus kioskos y artesanías, almuerzo en el Buenos Aires Design, cafecito en La Biela…
El domingo fuimos para el otro lado de la ciudad, en la mañana partimos para Caminito y fuimos a la plaza de antiguedades …….. Carolina babeaba con cada trasto y se fue arrepentida a morir de no hacerme caso y traer mas cash para la ocasión.
Agotadas y sin nada de efectivo retornamos al hotel y dedicamos el resto de la tarde al barrio de Palermo. Dimos mil vueltas por las tiendas, librerias, mas artesanias en Plaza Serrano (en ese barrio si aceptan tarjeta de credito, no se si para bien o mal…). Magnifica tarde, pocas veces he tenido los pies tan hechos polvo!!
Para la noche teníamos planes de cenar en Puerto Madero, pero una cosa es tener la intención y otra que te de el cuerpo después de esos dos días de trote. Así que salimos por el barrio de Palermo, cerca del hotel, y cenamos en Las Bodegas del Fin del Mundo, un restaurante con excelente comida, ambiente acogedor y maravillosos vinos, abierto justamente por la gente de estas bodegas.