En la foto ni se ve bien pero ¿se acuerdan del bultito ese que mencioné en la entrada el momento en que me quebré?
Pues bueno, ese “bultito” en el cuello -que pasó por patología- no resultó ser todo lo inocente que esperaba, tampoco dio como canceroso absoluto pero, sí salió lo suficientemente “sospechoso” como para que el doctor me llamara a decir que lo quería sacar de ahí. Y en fin, mañana “se lo llevan”.
Como muchos me han preguntado como es la operación les cuento que, por lo general es sencilla -no compite ni de cerca con un trasplante de riñón- pero tampoco es que me estén sacando una muela (como mi marido hace ver) así que sí, es con anestesia general y hospitalización breve.
Bien “whatsappeaba” con mi amiga Cristina (esa, la de España, la de 30 años después) que ya entrando en anestesia general, que no es moco de pavo, pues bien podía aprovechar a ponerme las tetas y matar dos pájaros de un tiro ¿no? Pero no, las lolas van a tener que esperar un poco más…
A ver, no soy una experta en medicina –por más que me lo crea por eso de todas las series de E.R. y Grey’s Anathomy que me he tragado- pero, más o menos, entendí que la cosa es así:
Primero llega el anestesiólogo, cuento de veinte para atrás y como para el diecisiete ya estoy en la tierra de Morfeo (espero). Ahí entra en acción el Dr. Pablo Durán, bisturí en mano, y me taja el cuello. Abre, corre los músculos del cuello, chequea bien por donde andan las cuerdas vocales para no llevárselas (que si me deja sin hablar sí me jode), saca el bulto y pedazo izquierdo de la tiroides y se la da al patólogo. Durante el tiempo en que este último la revisa, él, saca el dominó y cafecito (Durán) y se echa una partida con las enfermeras y el anestesiólogo. Mientras yo espero degollada (y más le vale al de la anestesia que bien dormida) sobre la tabla (vale, sí, aquí le estoy poniendo un poco de imaginación pero hay que echarle un poco de salsa al asunto). Si en el resultado de patología no sale canceroso pues cierra el cuello, apaga y vámonos. Si sí resulta canceroso pues saca toda la tiroides y entonces lo mismo, apaga y vámonos (bueno y me tocará regresar más adelante para una pastilla de yodo).
Saliendo todo como previsto estaré en casa en un par de días, dando batalla y bombardeándoles con avisos de entradas nuevas del blog puede que tome unos días más. La verdad no tengo ni idea como es la recuperación…
¡Ala! Deséenme suerte. Hasta prontito…
Paola! Todo lo mejor! Te estaremos esperando con los cuentos…
Que todo te salga bien y la próxima mata dos pájaros de un solo tiro, bultito go….lolas come!
uf la verdad que mejor hubiera matado los dos pájaros, porque por eso de la anestesia me da muucha pereza pasar de nuevo…