¿Será que la maternidad pudo achicarme el cerebro? Para que vean que del Trivia a una crisis existencial hay sólo un paso.
Hace varios fines de semana me llevé a la playa a un grupo de adolescentes. En la noche se pusieron a jugar Trivia Pursuit, recordé mis tiempos cuando yo jugaba a eso y ADEMÁS era buena, de las que todos quieren tener en su equipo. Esta vez pasé como espectador ¡menos mal! Empecé a sudar frío cuando los vi sacar preguntas y pelear por responder primero ¿y yo? en los mismísimos ríos de Babilonia, señores. Aluciné a colores, no tenía ni idea de nada, todo me sonaba a chino. Tragué seco, puede que hayan actualizado el juego pero, carajo… ¡la Historia es la misma!
No es broma, he estado preocupadisíma por semanas. Será una tontería pero eso fue una bofetada que aun me tiemblan los dientes. Me puse a evaluar un montón de cosas de mi vida para ver ¡¿cómo diablos pasó?!
Me di cuenta, por ejemplo, que en mi soltería yo desayunaba leyéndome el periódico con calma y detenimiento. Una vez que nació Mar (y van cinco años) pasé a las noticias de primera plana y cuando nació Ana ya ni digamos, sin manos para manipular las páginas, sólo los encabezados de primera plana del doblaje superior, de reojo y date por servida.
¿Mi vida social? En los últimos tiempos vida social social básicamente son mis hermanas, que ¡ojo! tengo dos excelentes hermanas y mi madre, claro, pero llega un momento que con cada cual aunque las conversaciones varíen, los temas suelen ser sobre en lo mismo.
Y es que si existen mujeres ocupadas, son las de 40 años. En maternidad las que no están lidiando con adolescentes lidian, como yo, con niñas pequeñas (por demoradas). Además profesionalmente estamos en puestos demandantes donde sobresalimos a punta de tesón, experiencia y dedicación, que no andamos para inestabilidades laborales y por el otro lado vienen las rookies pisando fuerte. Sobre nuestras cabezas la espada de Damócles: te quedan veinte años para ahorrar de lo que vas a vivir por el resto de tu vida. La que no está buscando además cumplir, al menos medianamente bien, como esposa, está sumergida en rollos legales para salirse del papel o curada de espanto ¡ah! o las que están de vuelta en el mercado. Todo eso con el aliño de la crisis emocional de los 40’s que nos lleva a que tenemos que encontrar nuestro propósito y vocación de vida YA y vivirlos a plenitud. Convertir los hobbies en pasiones y, para acabar de joder, ¡tienes que verte regia! que los 40’s son los nuevos 30’s. Todo esta perolata para llegar a la siguiente pregunta ¿Cómo cuernos cuadramos las mujeres de esta edad las agendas para almorzar las amigas juntas? Llevo dos semanas con mi amiga Peggy viendo como hacemos y no encontramos cuando quedar, y aun no ha llegado diciembre…
Las noches ¡Ay, las noches!… «La hora del vampiro» en verdad hace mis delicias pero, bajo la premisa de que «algo tiene que ser realmente bueno, o tener muchas ganas de ir, para que no sea yo quien acueste a mis hijas» resulta que me lo salto ¡TODO! Y las cosas como son: la cultura se mueve de noche. Exposiciones, restaurantes, cine, teatro, musicales, ballet ¡Opera! ópera en Panamá y yo no fui, en otros tiempos eso jamás hubiera ocurrido. Veo todo lo que he dejado pasar en los últimos años y mínimo me merezco un cilicio amarrado a la pata por un mes.
Podría seguir con este análisis por más aspectos (me vienen varios a la mente) pero, no voy a enrollarlos tanto cuando la conclusión es al misma: ¡EL CEREBRO SÍ SE ENCOGE ANTE LA FALTA DE ESTIMULO!
Por culpa del pinche Trivia se me paró el corazón. Del susto me morí, vi el túnel, la luz, los abuelitos y los querubines pero me regresé porque recordé la clave: ¡ampliar los estímulos!
Gracias a Dios el cerebro tiene memoria muscular (y será lo único en mi cuerpo porque no hay otro lado que recuerde haberse ejercitado jamás. Pero esa es otra historia) y en unas cuantas semanas de variar mis estímulos cada vez se conforma menos, con menos.
¡Cross-fit para la materia gris! He retomado el hábito de los periódicos y dejo CSI para poner el noticiero en la tele (y miren que eso requiere determinación). Llega el viernes y, por más que me pican las manos, no agarro el ¡HOLA! sino el Time, tengo que reconocer que, aunque disfrace lo del ¡Hola! por interés hacia la realeza pues, que a la Kate Middleton se le vean las canas o la Letizia repita vestido y coma pipas con los guardaespaldas no se le puede llamar con propiedad «estudios monárquicos» ¿no?
En el 2014 retomo la pintura. El gusanito quiere despertar, o tiene que despertar así me toque levantarlo a patadas… Además amplio sobre mi blog y colaboro con otros medios, ya les avisaré apenas salga mi escrito en la última Gatopardo (yupiiiii).
Si hablamos de libros pues, ni modo, a quitarle más tiempo al sueño. Por más que la pereza quiera vencerme, habrá que ver cual es la movida cuando salen las estrellas en una ciudad que cada vez se mueve más…
La maternidad es maravillosa, pero el mundo es mucho más complejo y, cuando sean mis hijas las que jueguen al Trivia Pursuit, lo que realmente anhelo es que me quieran a mí en su equipo, porque su mamá y su cerebro grandote sí sean buenos para eso.
Si se es ama de casa, la atmòsfera cotidiana exige un tiempo para el tiempo del otro o de los otros.
Esta psicología de la alienación es inducida culturalmente y forma parte de nuestros patrones de conducta.
la vida en función del otro, sean maridos o hijos, implica el abandono de sì mismo y convierte el crecimiento de los hijos, en autorrealización que efectivamente tiene un enorme costo.
Hola José Manuel, en mi caso además de madre, pertenezco «a la fuerza laboral» lo que me tiene aun haciendo más malabarismos para cumplir con la familia, el trabajo y mis inquietudes individuales ¡que no son pocas!
Mi caso -claro- es el de muchas mujeres y, entre las que nos hablamos y tomamos un vino comparando los caminos, concluimos que la clave es una organización férrea que deja poco tiempo para la contemplación de la inmortalidad del cangrejo y los pájaros preñados.
Vamos, que se necesita de una buena agenda, una gran determinación y ¡muchas vitaminas! jaja
De que voy a poder… ¡podré!
Mil gracias por escribirme, un abrazo, p.-
Hola querida, hace unos meses que me he dado cuenta del tiempo precioso que he perdido durmiendo la siesta o comiendo sentada de mesa y mantel un menú de varios platos. Cada minuto es oro y no nos podemos permitir bajar la guardia, nonononono
totalmente Cris, si no, entre el trabajo y satisfacción que nos dan los hijos nos vamos acomodando, las nuevas rutinas nos van llenando y vamos dejando pasar otros estímulos, cuando nos damos cuenta ¡ZAS! ¡se nos encogió el cerebro!
Bien lo dices ¡No hay que bajar la guardia!
Un abrazo, p.-