Hace un par de días pusimos el árbol de Navidad en casa y con eso para mí queda inaugurada la temporada navideña ¡Que contenta estoy!
Fuimos a comprar el árbol y todo el lugar olía a Navidad, a pino, el olor a pino me pone de un humor estupendo, hasta me emocioné con el primer «Burrito Sabanero» de la temporada, que después quedo hasta la narices de la canción pero la primera me encanta.
Mientras escribo esto me estoy antojando de un Ron Ponche pero a lo que íbamos. Lo primero fue sacar toda la parafernalia necesaria. Lo típico, desempolvar y extender los adornos que salieron del fondo del armario -ver cuáles sobrevivieron y en qué estado- y armar un tingla’o en la sala que ¡toda esa escarcha no va a salir de la alfombra hasta el próximo julio!
Ahí la puesta de la Estrella a cargo del papá, la puesta de las lucecitas a cargo de la mamá y la puesta de las flores a cargo de todos, sobrepoblando la parte baja del árbol por razones obvias.
Y ¡¡TARÁÁÁÁÁÁAN!! el árbol quedó instalado para felicidad de todos.
Al cuerno con los Grinch ¡Me encanta la Navidad! Me encanta pasarme todo el diciembre despidiéndome con un ¡Felices Fiestas! Me encantan el montón de lucecitas por todas partes, la ropa roja, los villancicos en la casa (los de los locales comerciales si me sacan un poco de quicio), hacer regalos, pensar en pavos, las roscas, el ponche, las posadas, las reuniones familiares y el espíritu de fiesta.
Y tú ¿Cuándo sientes que entraste oficialmente en la temporada navideña?