¿Hasta cuándo es sostenible la imagen de la chica del cuerpazo, la más divertida y más loca?
Desde hace dos días no se puede manejar 500 metros sin ver un cartel de estos y, con la de trancones que se están dando en la ciudad, pues me puse a analizar a la chica (que ya no es ninguna «chica», por cierto), las mujeres y nuestro fuerte en la imagen que proyectamos.
Hace poco vi la película My Sister’s Keeper y me llamó la atención la actuación de Cameron Diaz justamente por su rol de mujer hecha y derecha. Quedé con la idea de: que bueno que la actriz haya evolucionado a papeles de más peso y, realmente, tiene más talento de lo que proyecta en las bobadas que siempre hace.
Cuando ¡ZAS! me doy cuenta que eso fue un corto paréntesis porque ahí está, despatarrada por toda la ciudad en los carteles prometiendo, exclusivamente, risas y cuerpo.
En serio ¿hasta cuándo es sostenible esa imagen?
En los 20’s es de lo más «cool» que vayas como la más divertida, la más loca y si además vienes acompañada de un cuerpo que exhibir con la onda de lo más natural y espontáneo over ‘n over -porque si se tiene es requete valido hacerlo- pues eso, eres la tapa del coco y el nova plus ultra.
A los 30 y picos todavía esa formula puede funcionar si le añade el desparpajo de la seguridad que van dando los años, se vuelve picardía y estirando la cosa, pero…
pero…
pero…
Cuando ya rondas y sobrepasas los 40’s -sigue siendo buenísimo que tengas buen cuerpo y además seas simpatiquísima pero-, más vale que tengas más esencia como mujer y tu fuerte de apoyo sea algo más sustancioso y enfocado a tus capacidades cerebrales y más integrales. Si no, sonarás como los villancicos en abril -que ya todo el mundo se aburrió de ellos y su tiempo ya pasó- o como con la Cameron Diaz, que la veo cada quinientos metros y lo primero que me viene a la mente es mi hija Ana jugando con la varita mágica… ¡DESAPARECE!
En fin, ya ven, las pendejadas en las que una se pone a pensar para gastar el tiempo en el tranque…