Ayer mis hijas llegaron juntas a decirme «Mamí, queremos hablar contigo» ¡Esa frase! ¡Qué susto! Con malformación profesional de muchos años de soltera lo primero que pensé fue «¡Ay, Dios! ¡Mis hijas van a romper conmigo!»
YO: Ok… vamos a sentarnos…
Es que esto de ser estudiante universitaria nocturna, aunque sea dos veces a la semana, esta pasando la cuenta a nuestra relación familiar y a mis pitufas, acostumbradas a que mamá las acueste, esto del diplomado ya les sabe a cacho.
MAR: Mami ¿hasta cuando tienes que ir a la escuelita?
YO: Ya falta poco mis chiquis, se los prometo…
ANA: Yo quiedo que tu me bañez ¡Tengo una idea! -(y se le ilumina la cara ante su propio ingenio)- ¡¡No vayaz máz!!
MAR: (con voz de paciencia ante lo que considera elemental) ¡Anaaa! ¿cómo se te ocurre? si mami falta a clases no la van a dejar salir en la función de fin de año ¿verdad, mami? ¿de qué vas a ir?…
¿¿No es divino el mundo desde la perspectiva de los niños??
Tenía que compartirlo…