¿Cómo sacar a tus hijos del enfoque del problema al enfoque de la solución?
La semana pasada en un evento de la Asociación de Coaches de Panamá conversaba con una colega sobre como aplicaba yo el coaching con mis hijas, suelo hacerlo consistentemente en dos ocasiones que funcionan de maravilla y que aquí te comparto.
Por supuesto que mis hijas son pequeñas así que tampoco es que las lleve a buscar su propósito de vida o metas anuales. Además si tu madre se la pasa con una preguntadera trascendental todo el día la cosa deja de ser «mi mamá es life coach» para volverse más bien «mi mamá es una hincha-pelotas«.
Tengo como dicho de vida «Uno no puede llorar sobre leche derramada», quedarse lamiéndose la herida nunca ha llevado a nadie a cambiar ni solucionar nada así que evito que mis hijas caigan en eso con estas dos preguntas:
1.- ¿Cómo crees que podemos solucionarlo? Hay veces que se rompe un juguete, se pelean por otro, se les borra un juego en el Ipad o hasta a Ana cuando le rompes la yema del huevito frito que se desata el drama y el llanto. En ese momento están estancadas en la perdida, en el problema, en la leche que ya se derramó. Entonces me siento con ellas, con voz calmada y neutral le hago esta pregunta ¿Cómo crees que podemos solucionarlo? hay veces que tengo que hacerla un par de veces antes de que ellas se detengan y se pongan a pensar.
En el momento que empiezan a pensar en la solución se les abre una nueva dimensión. En ocasiones yo les doy un par de primeras opciones pero siempre les dejo abierta una pregunta final «¿Cuál crees tú que sería mejor?» Una vez que la solución sale de ellas se enfocan en llevarla a cabo y se deja atrás el drama.
Así, entre otras cosas, mis hijas creen absolutamente que yo lo puedo arreglar todo con tape o papá lo puede pedir por internet.
2.- ¿Qué hemos aprendido? Cuándo mi hija se cae de la silla después de que le dije 20 veces que iba a pasar, o estira la muñeca más allá de flexibilidad Mattel, se les hace trizas el vaso de vidrio, se quema o rompe algo lo que menos necesita oir es un «¡Te lo dije!» o «¡Cómo se te ocurre!» o «¡Es que no haces caso!«. Por lo general ya están bastante alteradas, doloridas o asustadas con el resultado como para que encima yo les empiece a regañar, así que elijo mejor darles un abrazo de contención y saco de nuevo mi tono neutral-calmado para preguntarle «Y bien ¿Qué hemos aprendido?»
Si es necesario les recordaré que: ¿viste que cuando uno salta sobre las sillas pierde el equilibrio?, ¿que cuando se juega con los fósforos te quemas?, ¿que las cosas de vidrio y cerámica se tienen que agarrar con las dos manos y mucho cuidado porque se rompen? etc etc. Les refuerzo la lección no como una sentencia sino a modo de pregunta y al final cierro con «¿Aprendimos eso?» «¿Me repites que aprendimos?«. Insisto en el tono calmado, así ellas retienen más la lección y evitan ponerse nuevamente en esa situación, muuuucho más que si les cae una puetada épica que eventualmente les entrará por un oído y les saldrá por el otro.
El coaching cambia tu perspectiva de las situaciones y te abre a posibilidades que no habías visto antes. Así como es impactante para nuestra vida es importante en la de nuestros hijos durante su crecimiento formación de sus propios patrones de aprendizaje y conducta.
Bueno, espero que esto te sea útil, cositas de aquí y de allá que les puedes dar uso y si crees que le sería útil a alguien más pues, ¡Me pondrá muy contenta que lo compartas!
Un abrazo, p.-
Me encantó este artículo justo ahora paso vacaciones con mis nietos, niña y niño, de cinco y tres años, y claro cuando pasa algún pequeño accidente …., yo ya fuera de práctica en esta labor y desde luego también por la brecha de generaciones, no reacciono de la mejor manera, desde luego que no grito ni cantaleteo, soy su abuela no su madre ni padre. Pero suelo angustiarme mucho pero desde ya pondré en práctica tus consejos. Sigue con esta tónica, por favor,.
Hola Amparo. Hay veces q cuesta pero aprenden la leccion mucho mejor y ademas aprenden rapido a buscarle soluciones a los problemas lo que es de un valor increible en su educacion. Gracias por escribir! Un abrazo, p.-
Belleza!!! Nos sirve a todos!!!
Hola Gaby! Eso es lo maravilloso del coaching que un pequeño cambio en tu manera de responder o actuar el impacto es tremendo. Que diferencia cuando tus hijos aprenden solitos de sus acciones sin pensar solamente «Ayala! menudo regaño me vana dar» jaja besos, p.-
Empezare a poner en practica estos consejos con mi hija Alexa de dos años a ver como nos va.
Hola Martha, espero te funcionen, un abrazo, p.-
Estimada Mrs P.
Que buena, buenisima idea la antes mencionada, tengo un hijo de 4años y a veces siento que le hablo y entra por un oido y sale por otro. Es un pequeño artista dibuja a cada rato.
En los ultimos regaños que le di fue porque en la escuela la maestra me dice que no esta pintando como antes o que a veces ni termina la tarea. El viernes cuando vino el folder de tareas de la semana. le dibuje y recorte dos imágenes que hizo en la escuela. las pinto divino., luego le dije que estaba muy triste ) y le dibuje una carita triste porque no esta haciendo bien las tareas en clase. y le dije que me pone feliz (y dibuje una carita feliz en un papel) cada vez que pinta bien en clase. Creo que mi hijo es muy visual, que comprendió bien.
El día siguiente estaba pintando bien sus tareas. Aprendere y practicare mas su metodo.
Gracias por compartirlo.
Hola Yess, que bueno que encuentres práctico estos consejitos. La verdad que en esto de maternidad aprendemos al andar con cada hijo, porque cada cual es diferente y le aplican cosas distintas. Un abrazo de mamá a mamá, p.-