Esto comenzó por ser el mes de octubre y mi hija tuvo que vestirse de rosado un día para la es la escuela y me preguntó que por qué, a lo que le contesté
“Para crear conciencia que la gente tiene que chequearse y así poder detectar el cáncer a tiempo y salir bien, así como cuando le dio cáncer a mami”
Se paró en seco y con total sorpresa y ojos grandes me preguntó: “Mami ¿tú tuviste cáncer?”
¿Será que fui capaz de enseñarle algo más? ¿Será que esto, sin proponérmelo en un principio, esto fue lo que logré enseñarle?
No es una pregunta fácil de contestar porque si el diagnostico es como un puñetazo en la boca del estómago para nosotros, para ellos es como si les cayera una plancha de cemento encima.
Pero vaya, no está tan mal que dos operaciones, cinco meses de quimioterapia, cuatro meses calva y otro montón de síntomas que pasé y mi hija, ahora, que tengo pelo y todo, es que se viene a enterar.
¿Por qué no se lo dije abiertamente antes?
Pues porque como quien no quiere la cosa, por los días recientes al descubrimiento, dejé caer la palabra cáncer sin ninguna relación conmigo, sólo para ver como era recibida.
Mar dejó su juego y mirándome de frente me dijo “¿Cáncer? Mami, la gente se muere de eso”. Ni para que les digo que trague saliva pero sentí como si tragara ¡una ciruela!
Decidí que la palabra cáncer no sería la reina de mi casa. Que no pondría sobre los hombros de mi hija la mas remota visión de que su madre podía morirse.
Siempre nos referimos a mis síntomas e idas al hospital como “mami, está en un tratamiento” porque ahí estaba el algo más grande que quería enseñarle a mis hijas.
Y menos mal que así lo hice en su momento porque hace unos días, antes de irnos a la cama, me preguntó
“Mami, si tuviste cáncer ¿Por qué no te moriste?”
Obviamente porque así Dios no lo quiso, y tal vez porque ahí se encontraba la lección que tenía que aprender y que me siento llamada a enseñar.
Que uno debe enfocarse y actuar en la solución y no paralizarse con el problema.
En mi caso fue un cáncer (sin saber que este año aun me guardaba otro duro golpe aunque de otro tipo) y aunque a uno se le corta la respiración con esas cosas, y piensa que se va a morir en muchas maneras diferentes o que no va a poder con lo que pasa, asumir la actitud de tomar acción cambia totalmente tu perspectiva de vida.
Uno no puede controlar esas cosas, pero uno si puede conseguir que esas cosas no lo controlen a uno.
Mis hijas vieron que su madre estaba “en tratamiento”, trabajando en una solución a algo.
Sí, me vieron en cama, me sabían en dolor, fueron testigos de cómo se me caía el pelo y se me quemaba la piel pero, también fueron testigos de que pasé por cada etapa con la total convicción y desapego de que era “una etapa”.
Mi visión llegaba mas allá de mi batalla cotidiana.
Mi mente y mi ímpetu estaban mas delante de lo que me pasaba a diario.
He ahí la importancia de tener una visión de vida.
Es de las mejores herramientas que puedo enseñarle a mis hijas, que es lo que trabajo con decenas de mujeres en mis sesiones de life coaching con quienes justamente, creamos esa visión de su vida.
La vida está llena de obstáculos, esta llena de situaciones adversas y problemas, pero cuando tienes una visión, entras en estado de poner lo mejor de tu parte para pasar el bache consciente de que eso, es solo una pequeña parte de un largo camino, y creas nuevas vias para seguir avanzando a tu norte.
Creo que por eso no me morí, sobretodo por dentro, porque esa dura batalla era una etapa, una etapa que tenía que pasar y llevar con mi mejor esfuerzo y mi mayor fe, sin dejar que acabara con mi energía y ganas de vivir mi visión.
Todos tenemos un propósito, nuestra vida en una camino mucho más largo que nuestra cotidianidad.
Las ganas de vivir vienen cuando defines tu visión, una que te permita sonreir y estar ilusionada con tu vida y, aunque haya días que te veas y te sientas golpeada y abatida, tu mente y tu corazón están un paso más allá.
Contáctame si quieres trabajar conmigo tu visión de vida.
Si conoces a alguien a quién le animará o se pueda sentir identificada con esto ¡COMPARTESELO! ¡Porque todos merecemos vivir con ilusión!
Y me encantará que me cuentes ¿Qué momento fue una prueba que pensaste que podría contigo y, aunque cuando la viviste parecía el todo, hoy la ves como sólo una parte de tu camino? ¡CUENTAMELO!
Gracias por estar conmigo y ayudarme a mantenerme con ánimo y con norte siempre.
Besos, p.-
PS: Si aun no eres parte de mi tribu me encantaría que lo fueras y te invito a suscribirte al blog
Te felicito eres una mujer luchadora,que Dios y la virgen que protejan siempre.
Muchas gracias Gilda, bendiciones para ti también, un abrazo, p.-
Entiendo que cuando en el hogar hay un vocabulario y un espíritu positivo, además fé los niños que son producto de ese hogar son capaces de ver las situaciones (en vez de problemas ) como algo temporal.
Te felicito por tu fortaleza y el amor del bueno (el que tiene el objetivo de enseñar), digo yo, que es tu propósito para la humanidad!
Que cada día estés mejor que ayer!
Muchas gracias Virginia, creo que nuestro mayor compromiso como padres es darle las direcciones y las herramientas a nuestros hijos para que hagan sus propios cursos de acción en el futuro, un abrazo, p.-
Hola mujer felicidades realmente eres muy buena como coach, fuiste tu propia coach y eso no s facil, y tu historia me ha recordado la pelicula La vida es bella, en medio de las situaciones no tan buenas hay que poner nuestra mejor cara y mas con nuestros pequenos que nos llenan de tanta alegria y ademas unos de nuestros motores por quien vivir.
Saludos,
Hola Ariadna, muchas gracias por tus palabras, definitivamente que mi hijas han sido el norte en este proceso, un abrazo, p.-