Esta es la historia de mi momento del diagnóstico de cáncer, de esos que uno no quiere oir, de esos que parece que le pasan a otros y cuando te lo dan a ti te sientes como una escena surrealista.
El doctor hace una llamada al laboratorio, hace unas preguntas breves, asiente, escribe algo, mientas, yo miro las fotos, los cuadros, títulos o cualquier chéchere que llame mi atención y pueda hacerme ver casual, así como despreocupada y desinteresada.
El cuelga, deja caer sus manos sobre su regazo, me mira, y dice: “lo siento. Si es cáncer”.
El tiempo se detiene, el silencio se hace incomodo, no sé qué se debe decir, o hacer o sentir.
Hay gente que pregunta que si me vino a la idea me iba a morir. Pues no, en verdad eso no se me pasó nunca, ni siquiera más tarde, en ese momento lo que pensaba es…. Ok… ¿y ahora que se supone que hago o digo? Esto es muy incómodo.
La historia de cómo llegué a esta escena en el consultorio del Doctor Pablo Durán (doctor que si tienes la menor duda de que hay algo extraño en tu cuerpo es al que debes ir de una vez) después de mi primera operación, que ya te la he contado varias veces pero, puedes volver a leer este escrito que te compartí con detalle de cómo un bultito medio inocentón se convirtió en un agresivo cáncer más rápido de lo que tú o yo pudiéramos imaginar, tal vez eso te anime a prestarle a tu atención a tu cuerpo ya, esta en el texto que encontrarás en el link de aquí abajo
>> El cáncer, yo, y lo que hizo la diferencia en esta historia <<
Esto ocurrió en enero del 2015. Subsiguieron otras operaciones, cinco meses de quimioterapia “roja” y 33 sesiones de radioterapia con todos los síntomas que eso conllevó.
Cada quien lleva este proceso diferente, y así como hay quienes se recogen y prefieren atravesar este camino por tierras oscuras en la intimidad, también estamos quienes salimos a compartir nuestra travesía.
Es opción de cada quién igualmente válida.
Facebook se volvió mi gran amigo, allí me sentía conectada con el mundo, exteriorizaba lo que pasaba y sobretodo recibía tanto respaldo y ánimos que también cuestiono a quienes cuestionan la realidad de la compañía a través de las redes.
Porque fue justamente ese respaldo, tantos comentarios, mensajes, compañía de personas que tal vez no me conocían, o a lo mejor físicamente no nos veremos nunca pero me hicieron sentir que no estaba sola, y también el calor de las personas cercanas y conocidas que volcaron para hacerse sentir que fue un remanso para mí.
Un tratamiento contra el cáncer es un proceso que te deja agotada y rota por dentro y por fuera por más buena actitud que le estés poniendo, así que toda muestra de apoyo de agradece.
La quimio te lleva por un viaje mucho más arduo que solo la caída del pelo, aunque en un principio es lo que más temes y al final lo que más recuerdas.
Creo que si yo no hubiera escrito sobre todo lo que pasé en el momento hoy no lo recordaría, sabia es la memoria que se hace selectiva. Y en especial la mía que ya les he contado que voy borrando de ella lo que no me aporta.
Pero si sabes de alguien pasando por esto y quieres ver un poco TODO lo que le está pasando pues te refiero al escrito del link de aquí abajo
>> Mi vida con los efectos de la quimioterapia <<
Pero hoy quiero decirte que mi lucha contra el cáncer ocurrió en el 2015 y para mí quedó en el 2015.
Muchas cosas más ocurrieron ese año que lo convirtió en un año definitivo pero, yo no considero que el cáncer me define.
No soy ese período de mi vida.
No me considero que vivo como superviviente de cáncer ni que mi vida gira en torno a ello.
Lo que sí es me quedó gravado es la consciencia del cambio que puede hacer para un peleador de cáncer que su diagnóstico sea temprano y que se sienta acompañado en el proceso.
Por eso es que cada octubre me visto de rosa y levanto mi voz a todo pulmón para hablar del tema, escribir del tema, profundizar en el tema y hacer consciencia sobre el tema.
Porque el cáncer no me define -además porque tampoco le voy a dar ese gusto- , pero sí será una bandera que llevaré siempre, no por mí, sino por hacer una gota de diferencia en otros.
Así que sí, es octubre y vas a ver muchos escritos míos aquí y en mi redes, que por cierto si aun no estamos conectado por allí te invito a que seamos amigos y compañeros también a través de las ondas y la distancia, porque sé lo cercano que uno también se puede sentir así y allí estoy escribiendo mucho más frecuentemente.
Este es mi Instagram y mi Facebook.
Me vas a ver apoyando fundaciones, hablando en la radio y participando en eventos que tienen como norte levantar la concientización y empujar a las personas a hacerse sus chequeos médicos regulares para poder contar con una detección temprana.
Iba a decir que te animo, pero casi me provoca decir que te daré una patada en el trasero si no aprovechas que el mundo se vistió de rosa y hacerte exámenes de cáncer es un recordatorio constante este mes.
Hospitales y aseguradoras dan todo tipo de facilidades este mes y la verdad, como habrás visto si leíste el texto del primer enlace al que te referí arriba, si no lo hiciste hazlo aquí, hacerte los exámenes una vez al año no es suficiente, pero si ya es algo.
Y todo esto lo hago no porque el cáncer me defina, no, sino porque levantarme para hacerte sentir que si estas luchando contra el cáncer no estás sola y llamarte a que seas proactiva en su detección, es mi bandera.
Porque me importas en octubre te hago este llamado a ti.
Y quiero que sea un llamado a todas y todos así que por favor compártelo para que todos pongamos un granito de arena en poder salvarle la vida a alguien más.
Un abrazo muy rosa,
p.-