Nadie puede prepararte para ser madre. No importa lo que leas, los youtube que veas, las bloggers que sigas o las tertulias de madres, tías y abuelas a las que asistas.
El día que recibes en tus brazos tu primer hijo nada se parece a lo que te contaron y nada de lo que te contaron te parece que va a encajar contigo.
Seamos sinceras.
Con ese primer hijo empieza una nueva etapa de tu vida, de la cual sólo sabes que no tienes nada claro.
Hay un ser viviente que anhelabas en tus brazos del cual eres responsable. Encima, como te has ilustrado tanto, pues te parece que todo va tener un impacto en la persona que será en el futuro y los traumas que tenga o desarrolle.
O sea, que tienes un bebe y ya te sientes como un elefante en tacones dentro de una cristalería.
Algo va a romperse y va a ser culpa tuya.
Lo primero que viene a mi mente recordando los primeros días de mi primera hija fue pensar continuamente «¡Que responsabilidad!»
Con la segunda estaba algo más tranquila e imagino se va bajando la dosis con un tercero y del cuarto para arriba ya deben ser así como las amapolas: crecen silvestres.
No creo que una mujer se complemente con la maternidad y que no viva su completo potencial si decide no serlo.
Pero este escrito va para las madres en su día, y para darnos el espacio de poder decir sin pretender, que…
SER MADRE NO ES FACIL.
Hay un montón de expectativa ajenas pero sobre todo propias.
Somos la generación que ha llegado a la maternidad más estudiada en la materia que ninguna anterior.
Cada mes del embarazo venía descrito en un libro y la evolución diaria del feto en una pagina de internet.
A un solo click hemos tenido tanta o más información que un pediatra, sicólogo infantil, estimuladora temprana y terapeuta de traumas infantiles.
Hay estudios completos y extensos para cada paso, pero para poner la cosa fina los hay en igual cantidad a favor y en contra de todo.
Somos la primera generación de mujeres ultra profesionales que nos tomamos la maternidad con el compromiso, la medida, precisión y detalle igual que mandar nosotras mismas un cohete a la luna.
¿Que soy la única aquí que se dio cuenta que la Mujer Maravilla no tiene hijos?
¿Y entonces porque seguimos exigiéndonos ser la Mujer Maravilla cuando nosotras además somos mamás?
La chica de La Liga de la Justicia lo tenía claro, no se puede tener todo y hacer todo perfecto todo el tiempo.
Ella eligió salvar el mundo y nosotras a veces nos encontramos ahogadas tratando de salvarnos a nosotras mismas. Salvarnos de querer ser perfectas, cumplir con todos e intentar reconocernos a nosotras mismas en el camino.
Cuando eres madre entras en una nueva etapa y te conviertes en una nueva tú con un concepto de la empatía, la compasión, la dedicación y desprendimiento que no habías conocido nunca antes.
Pero ese mismo día, en la sala de parto, también se quedó la que habías sido hasta ahora.
Y eso tampoco es fácil.
Puede ser que al principio estás volando en oxitocina, pero llega un momento mientras le limpias el trasero lleno de mierdecilla hasta la espalda, haces multitasking, te miras al espejo para darte cuenta que la cola de caballo es tu peinado usual y te sientes culpable porque saliste a tomarte una copa en vez de acostarle esa noche, te preguntas:
¿Esta soy yo? o…
¿Dónde estoy yo?
Yo siempre he sido emprendedora en todos los aspectos, echada para adelante y aventurera frente a la vida. Y tengo que decirte que no me fue fácil. Ahora tenía que construir una nueva versión de mi vida y de mí.
No es que tu vida propia se acabe, es sólo que cambia.
Y mucho.
Y a veces cuesta y es difícil adaptarte.
A mí me costó, volver a re-encontrarme y crear una versión donde estuviera satisfecha como madre y también como mujer con vida y aspiraciones propias.
Esa ha sido otra de mis reinvenciones que sigue evolucionando y tomando vida propia cada día.
Esa por la que tenemos que pasar tantas mujeres.
He acompañado a tantas mujeres a reinventarse para no perderse a si mismas y terminen resintiendo en otros lo que están dejando de hacer por ellas.
Mujeres que han llegado a mi estudio y en el sofá se dejan caer y me dicen, «amo a mis hijos pero también quiero ser algo más que mamá.»
«Quiero algo que sea mío.»
O una mujer que me dijo, «me he pasado la vida haciendo mandados».
Y las entiendo porque también estuve allí y tuve que crear algo mío y crear una delicada fórmula de balance para dedicarme también a mis hijas.
Ser madre no es fácil.
Ser mujer además de madre, tampoco.
Pero existen maneras, combinaciones y fórmulas para hacer que funcione para ti.
Bucar nuevamente ese por qué que sea lo suficientemente fuerte que nos mantenga enfocadas y andando.
Encontrar ese nuevo norte y pasión que sabes que te hará sentir una mujer realizada también personal y profesionalmente, y que muchas veces ya no te llama lo que eras y quieres reinventarte por completo.
Otras sólo quieres reinventar el cómo lo haces para que tengas balance.
Es una búsqueda interna de redescubrimiento y traer afuera la nueva manera en que servirás a otros y al mundo mientras sirves y creas tu hogar.
Y a veces piensas que es una tare titánica que se sale de tus manos.
Otras te sientes perdida y sólo ves una niebla frente a ti.
A veces quedas en parálisis por analistas y otras dando vueltas como gallina sin cabeza viendo y reaccionado a lo que ves a tu alrededor a ver si eso o lo otro funcionaria contigo.
Sólo respira y recuerda que es normal.
Para darte más luces hazte preguntas cómo:
- ¿Qué me apasiona realmente?
- ¿En que se me va el tiempo sin pensar cuando estoy sumergida en eso?
- ¿A quién me encuentro siguiendo y por qué?
- ¿Sobre qué quisiera aprender si me dan un fin de semana para mi solita, sin culpa ni compromiso que pagar después?
- ¿Qué sé yo que hay alguien que no sabe y le podría facilitar la vida?
- ¿Sobre qué es la conversación que escuchas y quieres participar y dar tu opinión y tu aporte?
- ¿En mi visión ideal como es mi día?
- ¿Qué me encuentro haciendo?
- ¿A quién sirvo con ello?
- ¿A quién más podría servir?
Y si sigues enredada y eres una querida madre que le vendría muy bien una ayuda para construir para si misma una vida encontrando su nuevo norte y propósito además de la maternidad, y crear una vida donde te levantes cada mañana con ilusión y te acuestes orgullosa de la vida que estás construyendo para ti, déjame acompañarte para que estemos seguras de que eso ocurra y así vivas.
Una mujer realizada siempre es una mejor madre.
Contáctame >> AQUI << y tengamos una sesión exploratoria para hacer del 2020 el año en que encuentras tu vida y tu proyecto adaptado que te permita vivir la maternidad y desarrollarte personalmente.
¡Feliz día de la madre!
Un abrazo, p.-