Dicho y hecho llegó el 27 y no hubo signos de parto espontáneo así que a las 8pm fuimos para el hospital a comenzar los «tramites» de la inducción. Juan Carbone, mi doctor, me dio lo que llaman «la media pastilla», pildorita mágica que comienza la dilatación del útero y con la cual el doctor me dijo estaría lista para entrar en labor a la mañana siguiente sino es que comenzaba con las contracciones esa misma noche.
Amaneció 28 y yo sin mayor signo de parto inminente, si algunas contracciones pero ninguna de esas que expulsan bebes, así que me bajaron a la sala de labor a comenzar con el monitoreo. Como de dilatación nada de nada pues me dieron otra media pastillita más a las 9am.
Una de las mejores cosas fue haber planificado con Miss Dudley para que ella me atendiera en la labor y parto, esa mujer hizo la gran diferencia en todo el proceso, la seguridad de alguien que está contigo en todo momento y tiene control y sabe qué hace, cómo lo hace y cuándo debe hacerlo. Definitivamente, Miss Dudley… un MUST!!
A las 11am después de estar en contracciones algo mas regulares, gracias a la pastillita, Juan vino a romperme fuentes. Con razón le dicen así… uno que siente que se va en agua y con cada contracción nueva se escurre to’ita. Comencé con los paseos por el pasillo cuando «oh oh», ahora SI que las contracciones empezaron a ponerse durísimas, hasta que uno se queda sin aire y le va dando la sensación que te vas a partir en dos. Tuve que dejar los paseos porque con las contracciones hasta que me mareaba y me regresaron a al cama. El tiempo pasaba y las contracciones apremiaban y yo nada que dilataba ni un centimetro. Con cada contracción me agarraba a la mano de Darío y trataba de hacer todas las historias de la respiración y eso mientras sentía que se me dislocaba todo por dentro. En vista del dolor y mi cero bolero de dilatación me dieron un calmante, tipo mega valium, que ya no me permitió pararme de la cama porqe me tenía medio turulata. Entre contracciones estuvo bueno porque quedaba relajada pero cuando llegaba la contracción no evitaba que viera todas las constelaciones.
Miss Dudley intentó romper membranas, o sea se, abrir el canal a punta de mano, pero que va, ahí sí que pensé me soponciaba. Como a las 3pm llegó de nuevo Juan y cuando me vio con las contracciones como estaban, y yo que no llegaba a las 3 o 4cm de dilatación, de todas maneras me mando poner la anestesia epidural. Menos mal por dos cosas, una Caroline estaba entrando en pánico de verme como estaba y ella proyectarse en las mismas en seis meses, y otra porque fue santo remedio. El mundo paró y yo estaba en el cielo y finalmente descansando, estaba agotada ya, con decir que hasta dormida me quedé… En ese momento si no me equivoco comenzaron a ponerme oxitocina, a ver si dilataba de una vez por todas, pero yo ya ni me enteraba.
Como a las 5:30pm volvió el doctor, aprovechando que yo hasta de humor me encontraba sumergida en mi analgésico, rompió el las membranas y a punta de mano abrió el útero de 3 a 9cm. Y mi que hasta gracia me hacia, «uy Juan pero que me estás haciendo que tienes las manos llenas de sangre, uyuyui como estoy empantanando todo de sangre, vaya», vamos que esa anestesia es LO MAS GRANDE QUE HAY. Hicimos un par de prácticas de pujo de parto hasta que Juan dijo que finalmente veía la cabeza y como a las 6pm comenzaron a preparme para entrar en la sala de parto y Darío se puso su respectivo conjunto médico para entrar.
A las 6.25pm, tras tres sets de contracciones y empujos, y con la ayuda de un chupa-chupa que le pusieron en la cabeza a Mar, nuestra hija llegó al mundo por parto natural siendo bella desde el primer momento. Gracias al Doctor Carbone que es creyente en el parto natural no me tajaron, muchos otros doctores no hubieran peleado tanto contra mi falta de dilatacion y hubieran pasado a la cesarea hacia rato, en especial en un país como éste donde la mayoría de las madres, y por ende doctores, se inclinana por el parto por cesarea, toda mi familia en la sala de labor esperaba que ese fuera el resultado de un momento a otro, pero no fue el caso, gracias a Dios.
Darío por supuesto lloró todo el parto, amo ver a mi marido tan emocionado en momentos tan significativos en nuestras vidas. Si bien estuvo junto a mi durante el puje le dije que se fuera a acompañar a Mar mientras la examinaban ahí mismo y le hablara, Mar le reconoció la voz y dejó de llorar para quedarselo mirando con esos ojos suyos y la mirada tan caracteristica desde su primer momento. Todo lo mira con ojos de análisis, seria, solo mirando fijamente, y asi miraba a los doctores que la llevaban y traían y alzaban etc. Orgullosamente sacó un 9 en el exámen de APGAR, y el Doctor Carlos Vega, su pediatra, nos dijo que no le dio el 10 porque tenía las manos y pies algo moraditos pero que eso era normal y típico de los bebes pasados de tiempo. Todo esto ocurría mientras yo terminaba de expulsar placenta y Juan me cosía el desgarro. Yo que no dejaba que le hablaran mucho «no me lo distraigan que está haciendo su punto de cruz allá abajo y me tiene que dejar bonita». Pero aun desde mi camilla seguía todos los pasos de cuanto le hacían a mi hija, se veía tan bonita, tan rosada, y tan parecida a Darío que hasta el doctor lo dijo.
Me la pusieron en los brazos y no podía dejar de mirarla, sumergida en ella y en ese milagro de que estuviera con nosotros, y por encima de todo, yo no podía dejar de asombrarme que hubiera salido por donde salió!!!!
Mar Vásquez Schmitt llegó al mundo en Panamá el 28 de mayo a las 6.25pm pesando 7.12 libras (3,250gr) y midiendo 53cm.
que hermosa se ve esa bebe =)..
yo estoy embarzada de 6 meses y espero no tener una labor de parto taaan larga como la tuya jeje.. lo bueno es ke al final todo salió bien!!..