A pesar de que el invierno, entiéndase la época de lluvias, viene pisándonos los talones esta Semana Santa los días estuvieron preciosos, tanto en el Valle como la playa.
De miércoles a viernes fuimos con mi madre al Valle, para entre otras, gozarme a mi madre antes de su viaje a Italia y España. Si es que no importa la edad que vaya cumpliendo no hay manera que corte el hilo umbilical, ni que quiera hacerlo….
Mar está hecha toda una amazona y eso de montar caballo ya lo tiene en el disco duro, suspira por sus caballos, Peluche, Tornado, Dominó…. Y aunque ya se sube y monta solita eso de sacarlos a pasear también le hace las mil delicias.
La verdad que goza montones los planes de campo y eso de bajar naranjas, subirse al árbol de aguacates, tirar piedras al río y hacer picnic bajo el árbol de mango! Si sólo ese árbol diera mangos como Dios manda… enorme que es, lleno de mangos y ninguno madura… en fin, no se puede pedir todo.
Esta vez Darío le tenía un nuevo plan para Mar: Lavar el carro. Le pareció lo más grande del mundo, desde ir al chino a buscar una esponjita rosa para ella hasta echarle agua con la manguera, pero la enjabonada le pareció la actividad más estupenda, casi casi que ya encontró su profesión, al menos una de sus pasiones, no hubo manera que entendiera que el trabajo infantil está censurado…
Para el viernes hicimos maletas y salimos para la playa donde nos encontramos con los Barría y Mar y Adrián pudieron darle rienda suelta a su amor-aprensión que los lleva de los besos a los rasguños en cuestión de momentos. Pero aun a pesar de las peleas se suspiran el uno al otro todo el día…
Este fin de semana lo compartimos full con los Calvosa-Kulish, las tardes fueron en su casa. El sábado hicimos la reglamentaria piscina calentita y los niños jugaron en el brinca brinca y el cuarto de juegos, y al caer de la tarde fue la búsqueda de huevos de chocolate de Pascua. Como siempre a Mar lo que le gustó fue buscarlos porque no le gustan los dulces mientras Adrián chorreaba babas chocolates en estado de delicia. Las madres de todo ese montón de crías estamos felices de lo bien montada que nos está quedando esta gallada de chiquitines que van a crecer juntos. Ahí les vemos correr y jugar a Franchi, Uchi, Mar y Adrián. Además Ana se llevará meses de diferencia con la nueva niña Calvosa que nacerá por ahí por septiembre, así que hay de todas las edades, bien vendría es otro niño para que Adrián no se vea forzado a jugar con lo más macho que puedan tener tantas niñas: el Ken, que más macho es un timbre…
El domingo hicimos almuerzo en su casa pasando gran parte del día acampados en la casa de los Calvosa, menos mal que el sabado hicimos cena en casa nuestra porque no es cuestion de estar de ocupa en su casa por mas piscina caliente que tengan!