Cada vez que alguien ve a Mar, y en especial si está conmigo, dicen: ¡es igualita a su mamá!
En conjunto es cierto, es alta, flaca, de cara alargada y con mis pestañas, pero tengo que ser justa y aquí demuestro que, si a primeros planos nos dedicamos, mi querida hija mayor es la estampa de su papá a esa edad.
Eso sí, en conjunto, esa flaquita sí es… ¡igualita a su mamá!