Tengo niñas pequeñas, y una de ellas no llega al año y medio. Hace poco hicimos una piscina en el patio pero, la tranquilidad de poder perder de vista a los niños por unos momentos sin mayores consecuencias, es lo más importante.
Mar, con cuatro años, ya tiene un dominio del agua que sólo le falta desarrollar agallas. Sin embargo, Ana, la pequeña, es una temeraria que le encanta copiar lo que hace la hermana mayor y cuando ve una piscina no duda un segundo y va directo a ella, ajena por completo a que caerá como una piedra al fondo. Es por eso que, no habían terminado de llenar de agua «nuestra charquita» y ya estábamos llamando para que le pusiera cerca. En aras de la seguridad estaba dispuesta con creces a sacrificar estética y, ya me veía, con una malla de esas que parecen cerco de gallinas atravesándome el patio.
Aquí es donde viene la razón de este escrito. Llame a la compañía PanamaPro, que instala redes de seguridad aquí en Panamá, dispuesta y resignada a que pusieran lo que fuera necesario. Para mi grata sorpresa hay un nuevo producto en el mercado, una malla más estética y estilosa (vamos, sin perder la perspectiva de que es, lo que es, ¿no?). Pasa mucho más desapercibida, al punto que hay momentos en que básicamente no se ve, y se puede recoger y enrollar si uno tiene el evento que lo amerita y no hay peques en el área. ¡Finalmente una red con cierto concepto de diseño!
Obviamente que lo mejor es que no haya nada limitando tu piscina pero, si estás en ese momento familiar en que la seguridad de tus pequeños está comprometida y te reúsas al cerco de gallinas o look de portería de futbol, te recomiendo esta opción que me parece la mejor alternativa para compaginar niños, piscina y… ¡tranquilidad!