Dejamos para el sábado la ida a Magic Kigdom porque es cuando el parque cierra más tarde y tiene el desfile de luces y el show de fuegos artificiales.
A punta de filas, y en particular después de esperar por 45minutos para dar una vueltita por el mundo de Winnie de Pooh, aprendimos a la dura de que uno tiene que sacarse «FAST PASS» para las atracciones. Es gratis y solo tienes que ir a la máquina y solicitarlo. Te dan un horario para presentarte en la entrada (que puede ser hasta más de un par de horas más tarde) y en ese momento entras sin hacer fila. No todas las actividades lo tienen pero sí gran parte y, aunque te den para rato la hora de llegada, vale la pena porque puedes usar el tiempo en otras cosas y no en estar eternamente en la cola, al final ni los niños ni uno quiere ya ver lo que esperas.
Así visitamos lo de Winnie, la atracción de Toy Story, visitamos el castillo (que es una desilusión porque sólo es un pasillo y Mar mataba por entrar y «ver el cuarto de las princesas»), subimos a la pequeña montaña rusa de Goofy, que será una minimencia (hasta los niños fueron), pero a mí me sacó tres canas verdes y dolor de mandíbula de los gritos que metí. También fuimos al paseo en bote de las muñecas, It’s a Wonderful World, ¡que los niños encontraron fascinante!
Por supuesto que no nos perdimos el desfile del medio día, esta foto de Mar da una buena idea de la felicidad, y tuve que hacerle saltos y aspavientos a Ariel para que la saludara pero, cuando le tiro un beso, Mar casi se derrite y queda hecha charquito.
Después de subir por la casa del árbol de la familia suiza, Mar y Adrián, quedaron en que van a hablar seriamente con la Tita para que haga algo parecido en algún árbol del Valle (nada más ni nada menos ¿no?)
Y llegó el desfile nocturno de luces… Disney sabe lo que hace… los niños alucinaron más que con Lucy in the Sky with Diamonds…
El espectáculo de los fuegos artificiales vale la pena verlo (aunque no es nada que el Toro no le de tres vueltas en Punta Barco cada Año Nuevo), Mar lo sufrió horrores porque no le gustan pero…¡ni modo!
Llegamos a la casa pasadas las 10pm pero antes de salir de Magic Kingdom los niños ya estaban dormidos en sus cochecitos y solo fue pasarlos a la cama, por supuesto antes de cerrar el ojo hizo nuevamente la reglamentaria de cada hora «Y, ¿cuándo veremos a Jake?».
Yo fui llegar y chequear las fotos de Ana, que estuvo hasta en desfiles patrios y todo y ya es una profesional paseando a Lola.
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