Así comenzaron nuestras vacaciones por Europa 2013. Con una corta visita a Zaragoza, donde he sido feliz viendo a mis hijas correr por las mismas calles donde yo crecí.
Como siempre que cruzamos «el charco» la visita a mi abuela es reglamentaria, para decirle cuando la queremos y lo muy reina madre que es para nosotros. Como está para visitas cortas quedamos rondando los alrededores del centro de Zaragoza… la Plaza Sas, la calle Alfonso, la Basílica del Pilar…
Y es que ver a mis hijas correteando palomas igual que lo hacía yo de pequeña a las puertas del Pilar me parece de lo más romántico (por más ratas con alas que en realidad sean).
Como devota a la Virgen del Pilar que soy, quise llevar a Mar y Ana frente a la Pilarica, me hubiera encantado que hicieran el tradicional paso por el mantón pero sólo de hacerles la sugerencia se les puso cara de pánico y, pues tampoco era para pasarlas a la fuerza, así que las llevé a la parte de atrás a darle un beso al pilar que puso la Virgen y, la pasada por el manto, la próxima vez será… espero…
Desde que la Calle Alfonso es peatonal es una gozada para los pequeños que corren y hacen monerías sin tener que preocuparse por la autos, Mar y Adrián estaban encantados y cada farola era, mínimo, un mástil.
Cuando «la Gueli» estaba para visitas subíamos con los cuatro bisnietos de las Américas que aquí salen enganchados al piano que fue de mi abuelo (quien murió en 1981 el día antes de mi Primera Comunión pero esa es otra historia para otro momento) y en el que hemos hecho escándalo todos, porque tocar, lo que se dice tocar el piano ¡ninguno!
Y, bueno, reencontrarme con Cristina Sanz, mi compañera de colegio, cuando voy a Zaragoza también se ha vuelto regular. Comenzó como un encuentro de amigas y en media hora llegaron los niños y se convirtió en un encuentro familiar con niños corriendo y hambrientos y todas las conversaciones quedaron a medias. Porque eso del multitasking es boñiga de vaca: uno no puede hacer bien varias cosas al mismo tiempo, uno sí puede hacer varias cosas al mismo tiempo pero, a medias la mayor parte de ellas.
Y al poco tiempo, todos dentro de nuestro super busito rentado con GPS, sillas para niños y el espacio necesario para un montón de adultos, dejábamos atrás la ciudad que me vio crecer con las cúpulas del Pilar apuntando a un hermoso cielo azul. Próximo destino: ¡Barcelona!
Por cierto, a menos que tengas a tu abuela, tus amigas de infancia o mucha devoción por la Virgen del Pilar, Zaragoza no es el más destacado destino turístico pero, si van, les recomiendo el Apartahotel Sabina. Las instalaciones están muy buenas y la ubicación es estupenda dando a la Calle Alfonso y a la Basílica del Pilar por un excelente precio.
¡¡¡Hola querida!!! Espero que lo hayáis pasado de maravilla en la Toscana…espero ansiosa post con la crónica. La próxima vez me apunto. Tus hijas y tus sobrinos están ideales y mi marido pasó un rato estupendo con tu marido y tu cuñado. Pero por favor, la próxima vez más photoshop, que la imagen no hace justicia a nuestra simpar belleza.
jajaja, dale, voy a estar pendiente es que de sentirme tan atrasada en las crónicas se me olvido pasarnos por el spa!! jajaja
y espero que para la próxima te subas al busito de los guiris
Besos, p.-