A Mar le encantó este Halloween 2013, según ella es su día favorito, por más que a mi madre le quiera dar un soponcio. No hay que preocuparse, es sólo cuestión de días para que cambie el casete (sí, dije casete ¡larga vida a los 80’s!) y empiece con que quiere la decoración de Navidad porque es «ese» su día favorito.
En realidad no se mete en el rollo fantasmagórico y lo ve como un día para disfrazarse y hacer fiesta. A ella, como a mí, lo que le gusta es montar el tingla’o, «hija de tigre sale rayada»
Desde hace semanas estaba con que quería vestirse de la mujer maravilla y con su disfraz se sintió realmente superpoderosa ¿recuerdan como les contó que el disfraz influye en como te sentirás ese día? Si no, vayan para aquí
Ana se rehusó a meterse de nuevo en su disfraz de Minnie que le quedaba precioso. Fue verlo y soltar alto y claro «ezze no, ¡ezze no guta!«, y como la niña ha salido más terca que una mula, cuando dice «¡que no!» ya la batalla está perdida. Por ahí encontramos otro dizque de bruja que vino sin sombrero y más parecía un duende gótico que otra cosa pero al menos no tenía costuras ni tutús que la torturarán. Y seguía a su hermana en las correrías feliz.
Tuvo sus momentos divinos donde me dedica sonrisas y besos que me enamoran…
Y son esas sonrisas y detalles que me derriten las que la salvan de las ganas que me da colgarla de los pies cuando se hecha una tanda de tantrums uno detrás de otro.
Como este por el chupito, luego por la capa, después para que la cargue, uno más por el tridente y así sin darse un respiro los fue hilando en cadena que pensé seriamente en hacer el «trick or treat» y en la primera casa que me abrieran… soltar «¡ala! te toca trick y te bancas a esta nena por un par de horas,¡happy halloween!»
Llegaron más amiguitos del edificio y la tarde quedó simpática para lo improvisada que fue.
Al rato llegó Darío y jugó con Mar porque, como ya les comenté, Ana no estaba dispuesta a alejarse de mí sin recurrir a las notas altas de su voz. Y esta foto que refleja la complicidad que hay entre Darío y Mar, me encanto
De ahí Darío fue poniéndose más en tónica y confianza e hizo su intento de disfrazarse con pedazos del mío.
Y en cuanto a mí, ya vieron, no cumplí este año vestirme de Carrie Bradshaw, sigo con el antojo pendiente y… a falta de unos Manolo Blahnik nuevos al menos me calcé unos Jimmy Choo…
Me encantará que me compartas tus sugerencias para las fiestas de Halloween para niños y poder implemetarlas el próximo año ¡Besos!