¿Gastar sin pagarlo yo? ¿Eso pasa? En mi caso cuando cumplí 18 años mi madre me llevó al banco a abrir mi primera cuenta y me pusieron una mesada de $50.- que yo debía administrar. Cuando cumplí 19 mis padres se separaron y quedé atrapada dentro de en sus interpretaciones sobre bajo que cuidado económico quedaba yo.
Mi madre decía que yo ya era mayor de edad por lo que entraba dentro de la «jurisdicción de mi padre», mi padre decía que yo vivía con mi madre y que por tanto estuviera bajo su cargo. El caso es que quedé en el limbo. Mi padre accedió a cubrir mis costos universitarios en la universidad de mi elección «dentro de Panamá» -soy egresada de la ULACIT- y mis costos médicos (Siempre he sido bastante mala manejando el estrés y aunque por fuera parece que manejo bastante bien las cosas, interiormente hago implosión y reviento mi cuerpo, así que por esa época fui operada dos veces y comenzó mi calvario de gastritis que arrastro hasta esos días).
Y por eso mis trabajitos con la agencia de modelos Physical fueron mi salvación. Un comercial por aquí, unos desfiles por allá, algunas sesiones de fotos y bastantes ferias como azafata, con días parada por muchas horas sobre altísimos tacones, eran mi fuente de ingresos. Desde que tengo 19 años no sé lo que es que nadie pague mis cuentas, mis caprichos, un corte de pelo ni un brasiere. Por eso me dio mucha emoción cuando, revolviendo un depósito lleno de cajas, encontré estas fotos viejísimas de mi época de modelo que les comparto aquí algunas para que subiéndolas «a la nube» no vuelvan a perderse traspapeladas.
(Fotos por Guillermo Bobbio)
Y ya para terminar les contaré que a los 22 comencé mi primer trabajo formal y estable y a partir de entonces además pagué «uso de cuarto» aportando a mi casa, me pagué mi maestría en una universidad americana, con el tiempo me compré mi apartamento y me mudé al Casco Viejo, luego fui haciendo otras inversiones y toda mi vida he cubierto con mis gastos.
No sé que es ser mantenida, que alguien más cubra tus gastos o no ser responsable por lo que sea que firmes en tu tarjeta de crédito. A veces me encuentro fantaseando con esa idea de despreocupación pero, al final, mi experiencia -que sé no difiere a la de tantas otras personas- me ha hecho ser «echada pa’lante» y darme la confianza y firmeza de ser emprendedora.
Por siempre estaré agradecida a Physical, Nikki de Royd, Marie Clare Fontain y Astrud Cordero, porque me proveyeron de esos trabajitos que me permitieron aprender a ganarme mi sustento y a administrar mis entradas económicas y mis cuentas mientras soplaban vientos mas estables.
Mientras perpetuo estas fotos aquí
(fotos por Gustavo Araujo)