Este fin de semana fue el cumpleaños de mis hijas y Mar pidió un Lego de tamaño considerable y precio sorprendente, pero bueno, esa es otra historia.
El hecho es que al entrar recordé esta anécdota que ya les había compartido y que la traigo de nuevo porque es el ejemplo perfecto de como…
a nuestros hijos no se les educa con grandes discursos sino con pequeños gestos en el momento oportuno.
Ocurrió hace un par de años y es igualmente válido hoy…
«Este fin de semana fuimos a la tienda de Lego y me di cuenta de que es un microcosmos de la sociedad, un lugar donde aprender principios de la vida.
Intenté enseñarle algo a mi hija a raíz de su incidente que, ojalá, poco a poco vaya aprendiendo.
Mar se sentó en la mesa comunal del centro, donde hay cuatro puestos para que los niños jueguen libremente con las piezas ahí puestas (ciertamente demasiado pocas para que ninguno logre hacer anda). Llegaron dos niñas y, sin más, le quitaron todas las piezas con la que ella estaba construyendo.
Mar quedó desencajada, tan ofendida e indignada que se levantó y se fue a una esquina a llorar exclamando con amargura y a moco tendido “¡No es justo!, esas niñas son unas maleducadas ¡Me quitaron todas mis fichas!”
Estaba tan dolida… Cómo explicarle que, simplemente, la vida no es justa, y sí, en mayor o menor medida, siempre habrá niñas así o quienes vayan a meterse en tu camino queriendo hacerte a un lado y, sutilmente o a la bruta, truncar tus proyectos.
Me tomó como media hora que se calmara y me escuchara con atención lo que le decía:
— Mar, siempre, respeta pero, hazte respetar. Cuando tomen lo que estás usando di “permiso pero no, yo lo estaba usando” y tómalo de vuelta pero, de veras, no logras nada haciéndote a un lado y poniéndote así.
Aunque ella no quería volver, le hice regresar para su turno en la mesa y jugar de nuevo siendo algo más decidida y más asertiva.
Como en la vida, nada se te va a resolver mientras estás escondida lamentándote en una esquina.
Por más dolida que estés, el mundo seguirá girando inmune a tu desconsuelo así que: párate, hazle frente y ¡sigue adelante!
Porque si no, como en la tienda de LEGO se te hará la hora de irte y, ni lo habrás disfrutado ni habrás construido nada.
Hay grandes lecciones en las pequeñas cosas comunes.»
Te agradezco si lo compartes con quienes tengan mucho que construir con sus propios bloques de Lego, con su propia vida.
De verdad, en serio te lo digo, te lo mereces ¡Crea una vida extraordinaria! Tu eres el constructor y creador de tu vida. Empieza ya ¡Tu momento es ahora!
Un abrazo, p.-
PD: Si aun no eres parte de mi Tribu Querida¿ me encantaría que lo fueras subscribiendote al blog!»
Hola Paola, cuando la vida nos presenta una situación como la que tu mencionas «injusta» (en la cual no creo, dicho sea de paso) es porque nuestros ángeles, en los cuales tu crees porque así lo has comentado, nos están mostrando una parte de nosotros que no alcanzamos a ver, es decir, valdría la pena cuestionarnos ¿en qué parte no estamos siendo justos nosotros con la vida? Y nos lo muestran así porque es la única forma en la que lo notaríamos, estoy segura que en otra formas ya lo han hecho pero es esta la única donde lo hemos detectado porque es justo nuestro espejo. Muchas gracias!
Abrazos y bendiciones! Claudia Rodríguez.
Gracias Claudia, una oportunidad para reflexionar, un abrazo, p.-
Mi sincera admiracion.
Mil gracias Maria! un abrazo, p.-
Mi querida coach :
Leer tus articulo es como entrar al mar con las herramientas para no ahogarte.
Cada semana nos regalas una herramienta que nos inspira a seguir nadando en este mar a veces sereno a veces picado que es LA VIDA , aprender a disfrutarla y hacerla tuya, me refiero MI PROPIA VIDA, es responsabilidad de cada uno antes que cierre la Tienda de Mi Vida y no haya construido un solo sueño.
Una lección simple pero muy enriquecedora…saludos!
Gracias Gloria,